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"Sabores marcados por el tiempo"

 

El lema de Solotero busca representar la esencia de cada uno de nuestros vinos, respetando los tiempos naturales de cada una de las distintas etapas de elaboración, que junto con el sabor propio del Prieto Picudo y el Albarín se forme un vino característico, especial y diferente cada campaña.

Nuestra intención es que todas aquellas personas que disfruten de nuestros vinos, ya sea un Rosado joven, como un crianza, como un Albarín blanco, sean capaces de reconocer y disfrutar de los auténticos aromas y sabores que nos ofrece nuestra tan preciada materia prima.

Queremos que cada uno de nuestros distintos vinos recojan la esencia de Bodega Solotero ya que nuestra meta es elaborar vinos con personalidad, vinos únicos.

Historia

 

Bodega y Viñedos Solotero nace de la pasión de la familia Cascallana por la elaboración y gusto al vino. Ya en los años 20,  Ángel bisabuelo de la actual familia que trabaja en la bodega, construyó una cava subterránea dentro de las pequeñas elevaciones del terreno que se pueden apreciar en la llanura de la comarca de los Oteros, típica de la zona. En el interior de estas bodegas existe un micro clima que favorece la elaboración y conservación del vino.

La tradición pasó de padres a hijos, hasta que en el año 2017 los actuales propietarios ponen este proyecto en marcha construyendo una bodega con instalaciones modernas pero con el mismo objetivo,  elaborar vinos de manera tradicional mimando el proceso.

La propia familia entiende que la base para elaborar buenos vinos es cuidar cada parte del proceso, desde las tareas que se llevan a cabo en  los viñedos hasta que el vino llega  al cliente.

Variedades

 

Bodega y Viñedos Solotero elabora y comercializa vino procedente de dos variedades autóctonas de la comarca de los Oteros, como son el Prieto Picudo y el Albarín.

  • Prieto Picudo.  Se trata de la variedad autóctona de la zona. Esta uva se caracteriza por tener un hollejo muy grueso y una cantidad elevada de materia colorante. Además destacan su gran concentración de azúcar y tanino que permiten disfrutar del vino de aguja. Esto la convierte en una variedad ideal para elaborar vinos tintos con crianzas largas. El racimo es de tamaño medio y color azulado, presenta bayas ovaladas y acabadas en punta que le dan el nombre a la variedad.

  • Albarín Blanco.     Esta variedad solo se cultiva en Asturias y en el sur de la provincia de León, es escasa y tremendamente especial. Se caracteriza por tener una gran frescura y una altísima intensidad aromática. Organolépticamente, conjuga los aromas herbáceos y frescos del verdejo con la calidez y las notas tropicales del albariño, pero además, con fondos amoscatelados en el posgusto. El racimo es de tamaño pequeño, con bayas redondas de color amarillo verdoso.

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